鬼月GUI3 YUE4: EL MES DE LOS FANTASMAS… ¿SEGURO?

Del 14 de agosto al 12 de septiembre de este año nos encontramos en el séptimo mes del calendario lunar chino. Es el mes en el que se abren las puertas de los espíritus errantes para que estos vaguen, temporalmente, por el mundo de los vivos, y si de paso pueden coger a alguno para alimentarse con él, mejor que mejor. Es por ello que a este mes se le conoce en Taiwán como el Mes de los Fantasmas (鬼月Gui3 Yue4), y es un periodo del año que se caracteriza cultural y socialmente por la gran cantidad de prohibiciones y tabúes existentes, con el fin de que los vivos eviten ser atrapados por los espíritus. Algunas de estas prohibiciones y tabúes nos las desglosa Teresa Moya en su reciente entrada en YuanFang Magazine, por si alguno tiene previsto visitar Formosa durante estas fechas. Durante estos días, las ofrendas, que se acumulan como montañas, no dejan de ser proyección del miedo humano al mundo invisible.

Pero, ¿desde cuándo existe esta tradición en la cultura china? Incluso vamos más allá: ¿ha existido alguna vez?

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DE CÓMO SHUN 舜SUCEDIÓ A YAO 堯

Dice la leyenda que después de que el Emperador Amarillo pasara a mejor vida (en sentido literal: subió a los cielos, que no es moco de pavo), aparecieron tres famosos líderes de distintos clanes tribales, llamados Yao2堯, Shun4舜 y Yu3禹[1]. Estos tres personajes fueron posteriormente elegidos como los líderes de una alianza tribal que se formó entre todos los clanes. En aquella época, ser líder de la alianza tribal implicaba, entre otras cosas, que cada vez que algo importante ocurría, se le buscaba para pedirle consejo y, cómo no, que resolviera el papelón que hubiera que resolver, ya fueran asuntos sacros o seglares, relativos al campo, a la batalla o a dirimir los problemillas típicos de lindes entre vecinos. Sigue leyendo

LA BATALLA DE ZHUO LU

Después de meses sin escribir en este blog (que debe tener más telarañas que la ropa interior de Confucio), lo retomo una vez más, y ahora en plan épico. Quizás no tanto como en Juego de Tronos, pero escabechinas varias las hay en la historia de China, complots tras bambalinas, eunucos cabreados y la más variopinta variedad, por redundante que suene, de héroes y heroínas que, además de las labores propias del día a día, enarbolaban prestos las armas por cualquier asuntillo que surgiera en las reuniones de escalera con los vecinos.

Uno de los episodios más importantes de la historia arcaica y mítica china fue la batalla de Zhūo Lù 涿鹿[1], que enfrentó a los líderes de dos clanes, el Emperador Amarillo Huáng Dì 黃帝 y Chī Yóu 蚩尤. Resultando vencedor el primero, tras la victoria reunificó presto la zona central china[2]bajo lo que será conocido con el primer nombre atribuido a este milenario país, Huá Xià 華夏.

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PAN GU ABRE EL CIELO Y PREPARA LA TIERRA.

Empezaremos con uno de los mitos cosmogónicos más conocidos de la tradición china, el del personaje Pan Gu 盤古. A este personaje mítico (aunque sin llegar a ser arquetípico) se le atribuye la creación del mundo conocido, en un evento que se ha dado a conocer como “Pan Gu abre el cielo y prepara la tierra” 盤古開天闢地.

Pán Gŭ 盤古, también conocido como Pán Gŭ Shì 盤古氏 o El Gran Emperador Pán Gŭ 盤谷大帝, es un personaje que forma parte del imaginario popular chino, especialmente el de la mayoritaria etnia Han. La aparición de la leyenda en la literatura china es posterior al periodo de los Estados Combatientes (476-221 a.C.). Si bien se han transmitido muchas versiones sobre esta leyenda, se considera en general que este personaje fue el encargado de abrir el cielo y preparar la tierra. De él se comenta en los Registros del calendario de los cinco movimientos «五運歷代記»: “Pán Gŭ, con cabeza de dragón y cuerpo de serpiente, cuando sopla suavemente crea el viento y la lluvia; cuando sopla con fuerza crea los rayos y los truenos; al abrir los ojos crea el día; al cerrarlos, crea la noche” Sigue leyendo